Trump garantiza su nominación y Haley finalmente decide irse a casa
INTERNACIONALES | EEUU. -«Ha sido una noche y un día increíbles», resumió Donald Trump, quien tiene garantizado un duelo con el demócrata Joe Biden en las presidenciales de noviembre tras arrasar en el llamado «Supermartes».
Trump se llevó todos los delegados en Alabama, Alaska, Arkansas, Colorado, California, Maine, Massachusetts, Minnesota, Carolina del Norte, Oklahoma, Tennessee, Texas, Utah y Virginia, según todas las proyecciones.
Vermont, con apenas 17 delegados, lo ganó Nikki Haley y lo sumó al Distrito de Columbia: sus dos únicas victorias frente a las 21 que acumula Trump; una barrida pronosticada.
Después de su persistencia, con cero posibilidades reales de acercarse siquiera al nivel de triunfos de Trump, la exgobernadora de Carolina del Sur -quien fue derrotada en su propio estado- anunció que deja la contienda electoral bajo una lluvia de críticas dentro del ala conservadora.
Haley no apoyará a Trump y lo instó a buscar el apoyo de la coalición de republicanos moderados y votantes independientes que la apoyaron.
«¡Gracias – MAGA!», escribió Trump en su plataforma Truth Social, utilizando el acrónimo de su lema «Make America Great Again» («Hagamos a Estados Unidos grande otra vez») y enumerando los estados donde había garantizado el triunfo.
En la mansión del exmandatario en Mar-a-Lago, Florida, nadie dudaba de que el expresidente será el candidato republicano a la Presidencia.
Ante el arrasador avance de Trump, se espera que Haley anuncie este miércoles su retiro de las primarias republicanas, según medios estadounidenses. El exmandatario quedaría así como el único aspirante republicano para las presidenciales de noviembre.
Ha sido un «Supermartes» sin sorpresas. Ni el republicano ni el demócrata, de 81 años, tienen sombra en las primarias, durante las que se designa a los candidatos de ambos partidos para los comicios.
«¡Gracias MAGA!»
El gran ganador de la noche fue el presidente 45 de Estados Unidos, quien enfrenta todos los ataques posibles desde la izquierda y la extrema izquierda.
Trump acusa a los nuevos demócratas de utilizar el Sistema Judicial de Estados Unidos con fines políticos, lo que sienta un precedente sumamente peligroso para la democracia en la Gran Nación americana.
Nunca antes un Presidente estadounidense había recibido tantos intentos de destruir su carrera política y su trabajo en la Casa Blanca. Ha sido algo insólito y muy alarmante para el futuro del país.
Sin embargo, contra todas las acusaciones posibles y bajo una campaña despiadada desde que era el comandante en jefe de la nación, Trump ha marchado hacia el frente con una fuerza increíble y el apoyo de decenas de millones de estadounidenses que claman por sus servicios en la Casa Blanca.
«Ha sido una noche y un día increíbles, increíbles. Ha sido un período increíble en la historia de nuestro país», afirmó ante sus seguidores, congregados en su mansión de Mar-a-Lago, en Florida.
«¡Gracias – MAGA!», escribió antes en su plataforma Truh Social, al utilizar el acrimonia de su lema «Make America Great Again» («Hagamos a Estados Unidos grande otra vez»).
La Cámara de Representantes, cuando tenía mayoría demócrata y estaba al frente de su acérrima enemiga Nancy Pelosi, lo acusó de haber incitado a una insurrección. Una declaración que solo busca la eliminación política del exmandatario. No obstante, le han creado 91 cargos en cuatro procesos judiciales.
El telón de fondo es que hoy el Departamento de Justicia, de manera desafortunada, cumple una agenda política como han denunciado representantes y senadores republicanos en múltiples ocasiones. Lo han denominado «la Justicia de Doble Nivel».
El sólido liderezgo de Trump
Menos en dos estados, Vermont y el Distrito de Columbia, Trump ha ganado con amplia facilidad todos los que han realizado primarias hasta el momento. Pero además se convirtió en el primer precandidato presidencial republicano en ganar los dos caucus en Iowa y New Hampshire. No sólo hizo historia, sino que sus triunfos fueron demoledores con un margen sorprendente.
La extrema izquierda, que ha intentado por todos los medios destruir a Trump, se encuentra bajo el gran síndrome de la frustración. El tren del expresidente avanza contra todos los vientos y obstáculos en el camino. Y suma victorias, no derrotas. Pero más allá de su inquebrantable actitud, su liderazgo se mantiene como una roca.
«Trump está arrasando en las primarias». «Seremos nosotros contra toda la derecha trampista en estas elecciones (…). Necesito tu ayuda», dijo el inquilino de la Casa Blanca Joe Biden.
Semanas atrás ya la campaña de Biden había dado por perdida la batalla de Haley.
En teoría, las primarias pueden prolongarse hasta julio. Pero el equipo de Trump predice una victoria «el 19 de marzo» a más tardar, después de que voten Georgia y Florida.
Esta vez, en la revancha con Trump, Biden tiene todas las cartas para perder, con o sin dudas sobre el proceso electoral.
Inmigración, economía y política exterior son los temas clave para los electores. Ninguno de los tres les favorece, y la mayoría de los estadounidenses desaprueba el trabajo de Biden en Washington.
Con esos mismos temas, Trump ganó a la Oficina Oval en 2016 y en el 2020 muchos votaron contra la personalidad de Trump con la influencia de las campañas de descrédito de los demócratas y de la gran prensa de izquierda. Biden, en ese entonces, era la expectativa y lo avalaban sus sombras en el cargo de vicepresidente durante el gobierno de Barack Obama.
En realidad, el respaldo popular pertenecía a Obama y no a Biden, una figura opaca dentro de la política en Washington y sin méritos destacables en su carrera. Con ese respaldo directo y entre un sinnúmero de dudas y críticas, Biden se convirtió en Presidente.
El panorama económico y político en 2024 es muy diferente y sus tres años de gestión en la Casa Blanca se refleja en todas las encuestas nacional. Biden tiene una desaprobación que supera el 65% en sentido general; en algunos puntos supera el 70%.
FUENTE: Con información de AFP y AP